Un presidente que jura por una constitución, que si bien tiene como estandarte políticas sociales interesantes, también encontramos un rol del estado intervencionista y los mercados en economías cerradas. Nuestro actual presidente dentro de su mensaje dio a entender que iba a hacer cambios dentro del marco jurídico de nuestra actual constitución, no dejó muy en claro si estas iban a ser meras enmiendas constitucionales o si es que estas iban a reformar toda en su conjunto, después de escuchar todo el mensaje, un mensaje que si bien tenía sus bases en la inclusión social y el desarrollo del país, también era un mensaje ambiguo que no dejaba muy claro lo que realmente quería hacer con respecto a las políticas económicas y las reglas del juego para todos los inversionistas, que vivían dentro de un clima de incertidumbre, después que se supo de su historia; todos pensábamos que el mensaje iba a hacer el “pacificador de las aguas turbias”; sin embargo, ha dejado más interrogantes en todo el sector empresarial. Aquél sector, que ha contribuido más en nuestro crecimiento en los últimos diez años y que estamos en riesgo de perder si es que el señor presidente y toda su gente no se dignan a esclarecer si es que va o no a cambiar la carta magna en su conjunto, pero sobre todo, si es que va a cambiar las reglas del juego en lo que políticas económicas respecta, por otro lado, la vice presidenta Marisol Espinoza ha comentado que por el momento, no se ha presentado en su bancada ningún proyecto para cambiar la carta magna, lo que sí se ha hecho es presentar proyectos para modificar nuestra actual constitución, dado que se necesitan para poder implementar las reformas sociales, que se deben hacer en nuestro país.

Dentro de este video vemos a nuestro actual presidente haciendo gala de sus conocimientos en temas constitucionales. “Cuando sale del sub suelo, ya no pertenece al estado peruano sino al que los extrae”, dijo el actual presidente en el 2006, lo cierto es que en ambas constituciones el estado peruano es el único dueño de todos los recursos naturales renovables o no, es decir, si es que encuentras petróleo en tu casa, el estado te saca, concesiona y genera una renta; en Estados Unidos, un hombre que posee bastas tierras y que de la nada encuentra petróleo, se vuelve millonario; aquí, te botan, y para colmo, no te indemnizan, ambas constituciones no son perfectas en la parte social y pudieron ser modificadas en su momento; sin embargo, en la parte económica son completamente diferentes y es justamente eso lo que se defiende de la constitución de 1993, mientras que en la anterior tenía una economía cerrada, donde el estado cumplía un rol intervencionista y de empresario, cuando debía cumplir un rol regulador y social, donde su estandarte sean proyectos de inversión social para luchar contra la pobreza, la constitución de 1979, se preocupaba por tener empresas privadas, que terminaban siendo un caldo de cultivo de la corrupción y la ineficiencia en todo su esplendor. La verdad, es que las reformas a la actual constitución son inevitables y no porque la actual constitución esté mal, sino porque todo es un proceso y la actual carta magna se reformó en el gobierno de Paniagua con el objetivo de eliminar el déficit y generar recursos, como ya cumplió este fin, lo que se necesita ahora es distribuir beneficios y eliminar la pobreza de este gran país, pero esa pobreza no se va a eliminar creando mensajes ambiguos, generando más incertidumbre o lanzando una línea aérea de bandera, que no tiene nada que ver con el rol que un estado debe de cumplir, es decir, mejores hospitales, mejores comisarias, mejores colegios y universidades públicas, mayor estabilidad  y crecimiento económico en todos los sectores y mejores proyectos en inversión social, sin caer en el asistencialismo político. A pesar de todo lo que se dice, aún sigo teniendo fe y un gran optimismo con respecto a este país, aún existen rasgos, lamentablemente aún no muy claros, que seguiremos creciendo económicamente y que no vamos a  parar, en la medida en que las cosas se digan claramente y las reglas del juego se expresen sin temor para tomar las medidas necesarias ante los cambios, ello va a depender del actual gobierno. Sí, necesitamos una mayor distribución y políticas sociales, pero  también un gobierno transparente, que no nos venga con ambigüedades.