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Estereotipos y Discriminación

Publicado: 2011-06-25

 “Hoy temprano, como todos los domingos en las mañanas, llega el periódico a la puerta de mi casa, el televisor se prende automáticamente para despertarme, la empleada hace el desayuno, tomo el cappuccino de siempre y trato de relajarme viendo que puedo comprar en la revista de una de las casas comerciales que publicita en ese periódico”. Esto es lo que normalmente haría un joven limeño promedio de sector A-B un domingo por la mañana; sin embargo, existe el otro lado de la moneda. “Hoy me desperté a las cinco de la madrugada, salí rápido de mi casa, no desayuné, pero le compré un emoliente y un pan con huevo a la señora que tiene su puesto en la esquina del paradero donde tomo mí carro, necesito ir a trabajar hoy porque si no lo hago no me alcanzara para pagar los gastos que implica estar en mi universidad nacional”.

¿Cuál es la apariencia física de estos dos jóvenes? El primero, un joven que invierte mucho en su aspecto personal, va al gimnasio, con el cabello castaño, blanco o por lo menos bronceado. Al segundo, una persona que no cuida mucho su aspecto personal, tal vez porque no tiene el dinero suficiente, su ropa es desgastada o algo vieja, con algo de sobrepeso o un cuerpo flácido, sin rasurar o con pelos que salen de su barbilla, tal vez  podría ser morocho y sus uñas no están cortadas.

Esta es la típica descripción que daría un peruano promedio de estos dos casos ¿estereotipos? posiblemente sí, estos están muy arraigados en nuestra cultura y la pregunta es  ¿Cuándo cambiarán? Muchas personas opinan que el racismo o la discriminación en el Perú ya no existen y que sólo son muy pocas personas las que tienen este tipo de conceptos en sus mentes, lo cierto es que negando el problema no ayuda a resolverlo, la verdad es que sigue existiendo y lo preocupante es que no se haga nada por combatirlo, sólo basta con darse una vuelta en universidades de gran prestigio, que no suelen ser las nacionales, sino las particulares como la Universidad de Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas o la Universidad del Pacífico, o tan sólo basta con darse una vuelta por los colegios más caros y prestigiosos de Lima, para darse cuenta que si no es el “trigueñito” a quien insultan, es al que llevó zapatillas rotas a clases. Lo cierto es que los sectores A-B del Perú son la minoría y que los sectores C-D-E son la mayoría; además, que estos problemas se dan en menor proporción dentro los sectores bajos, dado que sería muy complicado que uno de sector C le diga a otro de sector D: “yo tengo más dinero que tu”. Los sectores bajos no son los que me preocupan sino los sectores altos, es más probable ver a un “blanquito” despreciar a un “trigueñito” por su color, que al revés, es más probable ver a la “gringuita” despreciar al “morochito”, porque este no tiene carro y se va en combi a su casa, que al revés. Dentro de este juego de consonantes y vocales, ¿la trillada frase de “todos somos iguales”, se da en los sectores altos de Lima?, ¿Por qué en los sectores altos de Lima, se dan este tipo de problemas? Hay dos palabras Impotencia y cólera, “¡por culpa de esos cholos ignorantes, ganó Humala!”, “¡serrano, aprende a manejar!”, “yo nunca dejaría que un cholo me gobierne porque todo lo hacen mal”. Son frases crudas, pero son frases que muchos hemos tenido que ver en algún momento en una red social, muchas de estas personas no son crueles o malas, sino que han ido acumulando su ira, ante una serie de sucesos, cuando explotan, no tienen otro medio de defensa que usar el que su inconsciente le señala, diferencias raciales o sociales, que bien o mal podrían herir a la otra persona con quien tienen el problema, en otras palabras, el racismo o discriminación que pudimos apreciar en estas pasadas elecciones, en mi opinión, fueron un medio de defensa ante las circunstancias; sin embargo, no podemos cegarnos, sabemos que los sectores bajos también se sienten imponentes ante la ineficiencia del estado que no supo ejecutar programas sociales eficaces para ayudar a progresar a estas personas, estas a su vez, han explotado y su manera de demostrarlo es cerrando carreteras, huelgas, pronunciaciones y un odio tremendo hacia los sectores altos, a quienes no quieren porque creen que les roban su futuro con la minería. Por otro lado, tenemos a los sectores altos, quienes también se sienten imponentes ante las personas que hacen destrozos y dejan mal parado al Perú internacionalmente; además, muchos no están de acuerdo con los programas sociales, dado que los gobiernos de turno confunden programas sociales con programas asistencialistas, ellos prefieren que el dinero de sus impuestos sea mejor invertido en algo que les favorezca también a ellos, y su forma de demostrar su cólera es el racismo, la discriminación y un rechazo hacia lo peruano, que había estado cambiando en los últimos años. Este es un problema social enorme que hereda Ollanta Humala, este un problema que en muchas partes del Perú ha reventado y si queremos seguir creciendo económicamente como lo hemos estado haciendo, tenemos que cortarlos de raíz, la educación es la base ¿Por qué personajes tan destacados como Gastón Acurio, quien se presentó en Cuarto Poder hace unas semanas, afirmó que este problema sólo reside en pequeños grupos?

Tenemos que aceptarnos, somos un país pluricultural, que como república, comenzó en 1821, desde esa fecha todos somos peruanos, no somos incas, no somos españoles, no somos aimaras, ni tampoco somos quechuas, somos peruanos, estamos en pleno siglo XXI y muchos peruanos aún piensan en su descendencia inca o lo crueles que fueron los españoles en el genocidio a los incas, tenemos que aceptar, de una vez por todas, que si bien tenemos raíces de muchas partes, el carro lo tenemos que mover todos, cuando entendamos lo que significa la palabra “PERU”, podremos reconciliarnos y ser un país que a pesar que es diferente tanto racialmente, como culturalmente, todos llevamos una misma bandera, en el mundo existe un gran ejemplo de diversidad que salió adelante a pesar de todo, Estados Unidos. Esas distinciones que hacen algunos peruanos de aimaras o quechuas, no ayudan en esta integración y es ahí donde el estado debe de apuntar, para crear una sola bandera y una sola identidad.


Escrito por

Marco Sausa

Soy licenciado en Administración de Empresas de la Universidad de Lima. Escritor, emprendedor, viajero y vivo en los Estados Unidos.


Publicado en

MARCO EMPRESARIAL

Comentarios y Análisis políticos - económicos desde una perspectiva empresarial.